- avemaría
- avemaría1. ‘Plegaria que comienza en latín con las palabras ave Maria, que usó el arcángel en su salutación a la Virgen’. Es sustantivo femenino: «Inició la declamación de una apresurada avemaría» (Aparicio César [Esp. 1981]). Aunque avemaría comienza por /a/ átona, el uso, antes frecuente, de la grafía en dos palabras ave maría —que exigía el empleo de la forma el del artículo al ser ave una voz con /a/ tónica inicial (→ el, 2.1)— ha hecho normal y admisible que, en singular, cuando va inmediatamente precedido del artículo, este tome la forma el (o un, si se trata del numeral o el indefinido): «Después de rezar el avemaría, se santiguó» (Landero Juegos [Esp. 1989]); «Casi no podía completar un avemaría» (Larreta Volavérunt [Ur. 1980]). No obstante, se recomienda el uso, gramaticalmente más correcto, de la avemaría, una avemaría. En plural debe decirse las avemarías, unas avemarías, nunca ⊕ los avemarías, ⊕ unos avemarías. Se escribe en una sola palabra y con inicial minúscula. Solo cuando se refiere al título de una obra musical realizada sobre el texto de esta oración, se escribe en dos palabras y con mayúscula inicial: «Ofrecerá [...] obras de fácil audición, como el “Ave María” de Schubert» (Mundo [Esp.] 8.8.96).2. La expresión ave María, a veces con el adjetivo Purísima, se emplea, aunque cada vez con menos frecuencia, como interjección que denota asombro o extrañeza y como salutación al entrar en una casa: «¡Ave María, qué extraño es este lugar!» (Vivanco Liebres [Chile 1971]); «—¡Ave María! —llamó Sole—. ¿No hay nadie?» (González Dios [Méx. 1999]). Es, además, la fórmula introductoria del sacramento católico de la confesión: «—Ave María Purísima. —Sin pecado concebida. —Padre, hace tres días que no me confieso» (Rossetti Alevosías [Esp. 1991]). En todos estos casos, se escribe siempre en dos palabras.
Diccionario panhispánico de dudas. 2013.